Son las primeras fuentes de información acerca del desarrollo de los infantes, los padres registran los cambios en el desarrollo de sus hijos. La primera revista de bebes que se conoce se empezó en 1601, e innumerables padres desde entonces han llevado tales registros. Estas biografías infantiles nos dan mucha información útil y profunda, especialmente en lo relacionado con el desarrollo normativo. Nos permiten observar la personalidad de un solo niño, lo cual no sería posible de ninguna otra manera.
No obstante, las biografías infantiles y otros estudios de casos tienen ciertas desventajas desde el punto de vista científico: únicamente registran el comportamiento, no lo explican y, si lo hacen, no hay forma de evaluar la validez de las explicaciones.
Debido a que casi siempre son escritas por padres orgullosos, sufren de “prejuicios del observador”, porque el que las hizo enfatiza en algunos aspectos del desarrollo de la persona y confiesa muy poco de los otros; y mientras que las biografías aisladas nos relatan muchas cosas acerca de un niño en particular, es cuestionable si tal información se aplica a la gente en general.
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